Ejerciendo la profesión es cuando me consigo con varios libros referentes al tema: Temporada Canibal de Carlos Flores: amante de la generación Beat de los 50 e ídolo de Thompsom, Wolfe, Talese y Capote -creadores del nuevo periodismo, también llamado "gonzo"- y Periodismo Canalla de Wolfe, entre otros libros y artículos leídos en Internet.
Aquí un leve intento de periodismo "gonzo" en la fuente deportiva escrito por mi:
CAMINO A LA NOVENA
Desde el domingo pasado estábamos cuadrando para ir al partido, luego del empate ante el Carabobo a un gol y del accidentado partido de la última fecha en Maracaibo, la final del campeonato nuevamente se definiría igual que el año pasado; en el mismo escenario y hasta casi los mismos jugadores.
El “Morcillita” me manda un mensaje de texto temprano: “El calvo arrugó se va a almorzar con la mamá, yo me voy a encontrar con ladillao en los verdes nos vemos allá”, uno menos pensé yo, se podría aguar la fiesta. Enseguida le escribo a Ronald y me contesta que ya no hay entradas para la tribuna A, están agotadas, que él tiene una para tribuna B pero que no hay problema porque el “Portu” cuadra como entrar para la principal. Faltan dos horas para el juego, es Día de la Madre, tengo que ir al trabajo después del juego así que debo llevarme el carro para el Brígido ajuro, cuadro con mi amiga Ángela para dejar el carro en su edificio en la Fuente.
Todos los cuerpos de seguridad están en el estadio, hasta veo una patrulla de la policía naval. Entramos sin problemas, las sillas azules atornilladas en la tribuna me supongo que son por si acaso el Olímpico no está a tiempo y usan el Brígido como plan “B” en la Copa América. Comienza el partido, un primer tiempo muy flojo algo aburrido, aprovecho y doy una vuelta por la tribuna abarrotada de gente, asistieron más personas que en diciembre cuando el Caracas ganó el Apertura. Me consigo al “Ciego” comprándose la franela negra del Caracas en cien mil bolos en la mini tienda improvisada, las promotoras siguen llamando la atención en la entrada de la tribuna principal entregando infladores para hacer bulla me quedo un rato allí, termina el primer tiempo.
Ahora si agarro palco, el segundo tiempo creo que va ser más emocionante. Esta vez la barra del Caracas la agarró con Vallenilla, contra el Carabobo le tocó a Reni Vega y en diciembre la sopita fue Angelucci. Par de ocasiones de gol para el Caracas que no se concretan. Último minuto, Sanhouse sube al área roja, falta desde el sector derecho, Toyo puñetea el balón y pitazo final…ahora sí comenzó la diversión, arrancó la fiesta... Caracas FC gana su noveno campeonato... su novena estrella. Se baja el primer fanático y como si nada, luego le siguen varios, el cerco policial postrado en la pista atlética era enorme, “vamonos pa bajo” dice uno que andaba conmigo, mientras me bajo observo que la autoridad comienza a tomar cartas en el asunto, peinillazos por aquí otros por allá, le lanza el perro policía a uno, yo me hago el loco y camino como si nada, no corro, creo que es la mejor forma en estos casos de no ser atacado por la seguridad o simplemente ser flaco tiene sus ventajas porque ningún seguridad se percató de mi bajada al terreno, sigo caminando y llego al campo, misión cumplida. Saltos y gritos conglomerados entre jugadores y fanáticos, Rey estaba como loco, era el más exaltado, seguido de Toyo. En la celebración me consigo con Bremen Piñango quien es jugador del Caracas y compañero en el Pedagógico cuando jugábamos en la liga Cesar del Vechio cuando éramos chamos. Ronald Vargas, autor del gol en Maracaibo, se pasea tranquilo entre el caos causado por la euforia de jugadores y fanáticos, un fanático lo reconoce y grita: "gracias a él salimos campeones y nadie va a jalarle bola... ¡qué bolas!".
La vuelta olímpica con el “Zurdo” Rojas llevando el trofeo fue lo más cómico, muchos rodaron por el piso al mejor estilo de video loco, pero no solo eso sino que fueron atropellados y rematados con la multitud que seguía. Uno que otro altercado saliendo del estadio con los autobuses de los maracuchos ¿y ahora qué? Ah si tengo que ir a trabajar, terminó la diversión.
Desde el domingo pasado estábamos cuadrando para ir al partido, luego del empate ante el Carabobo a un gol y del accidentado partido de la última fecha en Maracaibo, la final del campeonato nuevamente se definiría igual que el año pasado; en el mismo escenario y hasta casi los mismos jugadores.
El “Morcillita” me manda un mensaje de texto temprano: “El calvo arrugó se va a almorzar con la mamá, yo me voy a encontrar con ladillao en los verdes nos vemos allá”, uno menos pensé yo, se podría aguar la fiesta. Enseguida le escribo a Ronald y me contesta que ya no hay entradas para la tribuna A, están agotadas, que él tiene una para tribuna B pero que no hay problema porque el “Portu” cuadra como entrar para la principal. Faltan dos horas para el juego, es Día de la Madre, tengo que ir al trabajo después del juego así que debo llevarme el carro para el Brígido ajuro, cuadro con mi amiga Ángela para dejar el carro en su edificio en la Fuente.
Todos los cuerpos de seguridad están en el estadio, hasta veo una patrulla de la policía naval. Entramos sin problemas, las sillas azules atornilladas en la tribuna me supongo que son por si acaso el Olímpico no está a tiempo y usan el Brígido como plan “B” en la Copa América. Comienza el partido, un primer tiempo muy flojo algo aburrido, aprovecho y doy una vuelta por la tribuna abarrotada de gente, asistieron más personas que en diciembre cuando el Caracas ganó el Apertura. Me consigo al “Ciego” comprándose la franela negra del Caracas en cien mil bolos en la mini tienda improvisada, las promotoras siguen llamando la atención en la entrada de la tribuna principal entregando infladores para hacer bulla me quedo un rato allí, termina el primer tiempo.
Ahora si agarro palco, el segundo tiempo creo que va ser más emocionante. Esta vez la barra del Caracas la agarró con Vallenilla, contra el Carabobo le tocó a Reni Vega y en diciembre la sopita fue Angelucci. Par de ocasiones de gol para el Caracas que no se concretan. Último minuto, Sanhouse sube al área roja, falta desde el sector derecho, Toyo puñetea el balón y pitazo final…ahora sí comenzó la diversión, arrancó la fiesta... Caracas FC gana su noveno campeonato... su novena estrella. Se baja el primer fanático y como si nada, luego le siguen varios, el cerco policial postrado en la pista atlética era enorme, “vamonos pa bajo” dice uno que andaba conmigo, mientras me bajo observo que la autoridad comienza a tomar cartas en el asunto, peinillazos por aquí otros por allá, le lanza el perro policía a uno, yo me hago el loco y camino como si nada, no corro, creo que es la mejor forma en estos casos de no ser atacado por la seguridad o simplemente ser flaco tiene sus ventajas porque ningún seguridad se percató de mi bajada al terreno, sigo caminando y llego al campo, misión cumplida. Saltos y gritos conglomerados entre jugadores y fanáticos, Rey estaba como loco, era el más exaltado, seguido de Toyo. En la celebración me consigo con Bremen Piñango quien es jugador del Caracas y compañero en el Pedagógico cuando jugábamos en la liga Cesar del Vechio cuando éramos chamos. Ronald Vargas, autor del gol en Maracaibo, se pasea tranquilo entre el caos causado por la euforia de jugadores y fanáticos, un fanático lo reconoce y grita: "gracias a él salimos campeones y nadie va a jalarle bola... ¡qué bolas!".
La vuelta olímpica con el “Zurdo” Rojas llevando el trofeo fue lo más cómico, muchos rodaron por el piso al mejor estilo de video loco, pero no solo eso sino que fueron atropellados y rematados con la multitud que seguía. Uno que otro altercado saliendo del estadio con los autobuses de los maracuchos ¿y ahora qué? Ah si tengo que ir a trabajar, terminó la diversión.
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