viernes, 21 de septiembre de 2012

Realismo mágico: El edificio

Me mudé a Macondo hace tiempo y para no tener que pagar los altos costos de alquiler de vivienda decidí llevarme el apartamento de mi tierra natal, pero por razones legales y normas de propiedad horizontal era imposible. 

La única opcion que me propuso la administradora era trasladar el edificio completo no sin antes recolectar 80 por ciento de firmas aprobatorias de los vecinos. Eso no fue problema, en una mañana ya habia consultado una torre y en la tarde la otra torre, al escrutar los votos tenia casi todas las firmas aprobadas y muy poco negativas. Al parecer la gente se cansó del sedentarismo y querian cambiar de aire.

Empece con los tramites y permisos del tralasdo. La primera diligencia fue reservar el pasaje de avion de carga pesada, la aerolinea mas economica me garantizaba la llegada intacta del edificio pero no asi los objetos internos. Dias mas tarde saque los permisos para desterrar las bases del edificio, luego las gruas-taxi que lo llevarian al aeropuerto. Por cuestiones de seguridad el edificio tenía que ser llevado al aeropuerto el mismo dia del vuelo. El vuelo no permite llevar inquilinos en el edificio, solo los objetos por lo que tuve que buscarles hospedaje a los vecinos y de paso los gastos corrian por mi cuenta, además de  un permiso especial para los vehiculos del estacionamiento.

El día del viaje, mientras los operarios abordaban el edificio al gigante avión de trasporte en su maniobra golpearon una de las antenas que estan en la azotea, justamente era la antena de recepción de television por cable, una de la mas importante.

Al llegar al aeropuerto de destino las autoridades aduaneras revisaron la carga y a pesar de que los permisos estaban bien y eran legales en su informe colocaron que las bases del edificio no eran del modelo que se usaban en ese pais por lo que mientras se buscaban  los respuestos adecuados el edificio permaneceria bajo custodia aduanera. Tardaron una semana en conseguirlos y su instalación un dia completo, los gastos de mano de obra iban por cuenta del Estado. Una ves terminado el procedimiento pude reclamar el edificio en la aduana, dos grandes gruas trasportaron el enorme complejo de ladrillos hasta el terreno que alquilé momentáneamente para colocarlo alli. 

Una ves sujetada sus bases al subsuelo, fotografié el edificio y se los mandé a los propietarios para que vieran como quedó.

Ahora estoy en los preparativos para traerme a los vecinos y propietarios antes de que personas inescrupulosas se percaten que están desocupados los apartamentos y los invadan. 

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Al estilo de Otrova Gomaz en La miel del alacrán.

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